Fragmentos

miércoles, 11 de agosto de 2010

Del Mundo de Abajo al Mundo de Arriba...

A veces, sueño con pasear boca abajo por el cielo. Recorrer su superficie, que ya desde antiguas eras decían estar compuesto por algún tipo de metal. Observar de cerca el resplandor de sus estrellas y deslumbrarme. Avanzar entre los dibujos de las nubes, pintarlas de colores y crear nuevos grafitis celestes. Sentir mis pies pegados en las alturas y mantenerme quieto, inmóvil, colgante. Disfrutando del vértigo y de la sangre agolpada en mis sienes. Tal vez otros como yo sueñen lo mismo, o incluso ya caminen por allá arriba, colgados.


Cuando el cielo fuese suelo y la tierra firmamento, miraría hacia arriba, a esas nuevas constelaciones y galaxias eléctricas, e imaginaría a sus gentes de miles de formas, y me preguntaría si allá lejos la vida sería distinta.


Quizás sólo se mantienen colgados, balanceándose y preocupados de no caer. Viven así en un vaivén a la vez estático, incapaces de ayudar a sus compañeros igualmente suspendidos. Pueblos, entonces, fragmentados, donde el único propósito es no precipitarse al abismo, dirigir la mirada y la atención a un punto fijo y permanecer en un balanceo infinito.


Sería entonces cuando preferiría mantenerme con los pies en las nubes y esperar que tesoros terrestres cayesen a mi alrededor. Y, desde luego, ya no estaría colgado, sino bien plantado en el suelo.


Del Antiguo Mundo de Abajo al Antiguo Mundo de Arriba...

2 comentarios: