Fragmentos

martes, 31 de agosto de 2010

Recuérdate

Tú. Sí, tú. Soñador. ¿Qué pretendes? 

Las plumas de tus pies alados se han derretido, dejando al desnudo el esqueleto de tus ilusiones. 

Te precipitas por voluntad propia hacia algún lugar incierto. 

¿Qué te depara el Tiempo?

Ya no deseas conjeturar ni adentrarte en tus senderos. Demasiados han sido borrados o hundidos. 

Y el agua cristalina en la que se reflejaba tu futuro, se ha filtrado, o evaporado; y tu copa espera solitaria a ser rellenada. 

Tú. Sí, tú, mi soñador. Alza el vuelo de nuevo retando a las aves celestes. Reviste tus pies del antiguo plumaje que te hacía único y elévate. 

Dibuja otra vez los miles de caminos entrecruzados que te dirigían al horizonte. No temas.

Vuelve a soñar, y nuevas lloviznas llenarán tus copas, haciendo reflejar miles de universos en los que adentrarte. 

Tú, sí tú. Mi soñador caído. 

Recuérdate. 

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