No hay lluvia. Ni siquiera truenos que retumben en las oscuras cavernas.
Cielos despejados; el aire, sereno.
Las brasas del fuego indómito aún hacen hervir a la tierra.
Y ya no es de noche.
Cielos despejados; el aire, sereno.
Las brasas del fuego indómito aún hacen hervir a la tierra.
Y ya no es de noche.