Fragmentos

sábado, 11 de junio de 2011

Cambios de piel y vísceras

Todos mis esfuerzos se centraron en esculpir algo irreal. Un poco de allí, un poco de aquí. Lijando, puliendo. Paciencia infinita, lenguas cortadas, ojos arañados y sangrantes.

Finalmente, el León muestra sus dientes, y todos los finos hilos tejidos con delicadeza se desintegran en tormentas.

Y queda, como siempre, el eco de la melodía, que nunca es igual: 

"el Rey de Sodoma bebe de nuevo,
la Señora Babilonia gime, 
y el Sol...náufrago en Mares de Niebla"

Las reglas del juego han cambiado.

¡Heil Discordia!

lunes, 6 de junio de 2011

Café Y Cigarrillos

Salgo del trabajo. Los huesos, el cuerpo entero
dulcemente dolorido, como -a veces-
después de un polvo de los buenos.
 
La luna, sajada en dos pedazos, me recuerda
el ojo ese famoso de Buñuel,
asomada un tanto tenebrosamente
por encima de los árboles.
 
El coche no me arranca. El parabrisas
es una roca enorme y congelada.
Así que vuelvo a casa andando,
velado el claqueteo de mis pasos
por la luna, la cabeza
llena de café caliente y cigarrillos.
 
Llego al portal y me detengo,
soplándome en las manos, bajo
el arco de luz que proyecta la ventana
sobre el hielo, la hierba sucia y abrasada.
 
Y al otro lado de esa luz te encuentras tú.

Y es que un hombre necesita en esta vida
otras cosas que no sean
lunas surrealistas, coches, oscuras
películas de Luis Buñuel.

(Roger Wolfe)