Fragmentos

lunes, 8 de noviembre de 2010

El Aaiún

Resulta que por vuestra boca reseca, rezuma la pus y la porquería producida por la avaricia que os gobierna. Y ese limo, esa excreción que revestís de plumas, sois capaces de echarla a volar, dejándola en libertad para que contamine los corazones más nobles.

Que sois bestias afanadas en remendar su podrido disfraz de cordero, pavoneándose ante la debilidad de pueblos diezmados. Pero ya no hay más que jirones, y bajo las corrompidas pieles, vuestro hedor de codiciosa sordidez se abre paso, arañando incluso, los olfatos más rudos. 

Que ya no hay máscaras que os oculten. Que una vez más habéis aniquilado, y ganado a pulso las peores venganzas.

Espero sin ocultarlo, que los dueños de aquellos garabatos burocráticos, sean la víctima sin salida de madres e hijos de miradas heridas de por vida. 

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