Fragmentos

domingo, 4 de septiembre de 2011

Sublimación

Cuando sus miradas se volvieron a cruzar, un destello doloroso acarició la cicatriz que le recorría el pecho. Escarlata, llamada así por el color refulgente de sus labios, recordó aquel zarpazo que apunto estuvo de derramar sus entrañas. En aquella ocasión, las garras del enorme felino hicieron brotar del pecho de la muchacha flores carmesí, al tiempo que ella lo hacía tropezar y caer al abismo.

Aquel enfrentamiento quedó en tablas, y sus corazones iracundos quedaron enmarañados entonces en una invisible batalla de fuego incandescente.

Ahora, ambos, frente a frente, la muñeca deshilachada y el león de trapo; ojos llameantes, pupilas afiladas; esperan destrozarse mutuamente como prueba de su pasión. Como un acto poético que sublime los más bajos instintos.

1 comentario:

  1. Me gusta. ¿cuándo regresa a tierras sevillanas? Quiero hacer una cenita el sábado por mi cumple (cena hecha por mí)y me gustaría que asistiese ;-)

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