Fragmentos

domingo, 10 de abril de 2011

Con frecuencia, es angustioso el lidiar cada mañana con todos esos pequeños fragmentos a los que me he visto reducido durante la noche. El despertar, el recordar quién eres y qué estas haciendo, a qué te dedicas, las coyunturas y circunstancias que te depara el día. Hilar de nuevo todo aquello que te hace único de la mejor forma, para que el tejido sea llevadero, holgado. Ensamblar las piezas con la maestría de un relojero, para que no sólo funcionen, sino para que no arañen o hieran. Porque somos plurales, porque al igual que nuestra naturaleza puede ser grandiosa y benevolente, también se torna oscura y abrupta.

Porque mientras que haya latido, hay elección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario